Encants Nous Eix Comercial

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Historia de los Encants Nous

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Desde Encantsnous Eix Comercial te invitamos a conocer la historia de los Encantes Nuevos de Barcelona, uno de los espacios comerciales más antiguos de la ciudad, que ha sido testigo y partícipe de su evolución a lo largo de los siglos.

Este recorrido permite conocer la transformación de los Encantes desde sus orígenes hasta llegar a ser lo que hoy conocemos como Encantes Nuevos, destacando los momentos clave de su desarrollo: desde su inicio como el primer mercado de segunda mano en Barcelona, hasta su consolidación como la primera galería comercial moderna de la ciudad.

A lo largo de este relato sobre la historia de los Encantes Nuevos, se revelan curiosidades que han marcado la evolución de los Encantes, descubriendo, además, por qué, tras más de noventa años de vida y ocho siglos de historia, los Encantes Nuevos siguen siendo un referente en la oferta comercial de Barcelona.

Los orígenes de los Encantes Nuevos

El origen de los mercados de segunda mano

La compraventa de objetos de segunda mano tiene raíces antiquísimas. Desde tiempos inmemoriales, la economía de subsistencia ha impulsado el intercambio de productos y el máximo aprovechamiento de cualquier artículo fabricado. En época de los griegos y de los romanos ya se tiene constancia de este tipo de venta, pero fue durante la Edad Media que los mercados de artículos usados se consolidaron, gracias a la costumbre de subastar los bienes de los fallecidos. Estas subastas servían para cubrir gastos funerarios, misas y deudas, ya que se consideraba una responsabilidad moral y legal que los herederos asumieran las obligaciones financieras del difunto. De hecho, el derecho civil español obligaba a los herederos a asumir tanto las deudas como los bienes.

Los mercados de objetos de segunda mano ofrecían una alternativa a la venta ambulante. Primero se convirtieron en una vía de negocio para personas de bajos recursos, como traperos, que buscaban ganar unas monedas mediante la reventa de productos usados, pero, desde entonces, estos mercados han evolucionado, adaptándose a las circunstancias y necesidades de cada época.

El nacimiento de los Encantes de Barcelona

Según el libro “Els Encants i la fira de Bellcaire. Imatge i història de Barcelona”, escrito por el Taller d’història del Clot – Camp de l’Arpa, los primeros indicios de los Encantes de Barcelona datarían aproximadamente del año 1250, cuando bajo los porches de Sant Jaume, la iglesia medieval que se ubicaba donde hoy encontramos la plaza de Sant Jaume, eran ocupados por vendedores de los Encantes y sus artículos. Sin embargo, otras fuentes sitúan estos inicios un siglo más tarde, alrededor del 1300, a las puertas de la muralla de Barcelona, donde los vendedores no pagaban impuestos.

Sin ninguna relación con las instalaciones actuales de los Encantes Nuevos en el Local de Ventas de la calle València o de los Encantes Viejos en la plaza de Les Glories, los primeros paradistas de los Encantes exponían sus productos directamente en el suelo o bajo unas rudimentarias carpas, donde se amontonaban disparidad de objetos que se llevaba el mejor postor. Y es que originalmente, los Encantes de Barcelona eran más un mercado de subastas que de venta directa, aunque el regateo y el trueque también existían.

Los subastadores de los Encantes

En los Encantes se subastaban, sobre todo, muebles y bienes procedentes de confiscaciones judiciales o embargos, así como objetos que los particulares querían vender. Los encargados de gestionar estas subastas eran los "corredors de coll i trompes" que tenían la misión de anunciar, a viva voz, los artículos disponibles, poner orden a las licitaciones y controlar, por ejemplo, a partir de 1562, que ninguna pieza de ropa fuera vendida sin ser supervisada primero por un sastre o que, más tarde ya, en 1640 que la ropa a la venta proveniente del hospital fuera desinfectada.

 

Evolución de los Encantes y su expansión

Los Encantes de Barcelona desde sus inicios se convirtieron en un mercado muy popular al que pronto se le quedó escaso el espacio que ocupaba. Es así que en 1358, a través de unas ordenanzas municipales se autorizaba a los comerciantes de muebles y artículos de madera a trasladarse e instalarse en la plaza Nova, prohibiéndose poco después, en 1375, la venta de encantes en Barcelona, fuera de esta plaza.

En el año 1392, los Encantes de la plaza Nova habían crecido mucho y el alcalde, regidores y prohombres de Barcelona ordenaron el traslado del mercado a la calle Consolat de Mar, desde donde fue reubicado, de nuevo, en 1397, en la plaza de la Llotja.

Lejos de encontrar su espacio definitivo aquí, el mercado de los Encantes de Barcelona continuó moviéndose por la ciudad durante varios siglos más. En el siglo XVIII, por ejemplo, se habilitó un nuevo espacio de ventas, organizado en dos filas de paradistas, desde Pla de Palau hasta la plaza de Sant Sebastià. Esta configuración fue un cambio de estructura importante para el mercado, igual que la posibilidad, a partir de entonces, de practicar la venta directa entre comprador y vendedor, sin necesidad de corredores oficiales. Esto, sin embargo, no acabó con la tradición de las subastas que no desapareció y que hoy en día, todavía, los lunes, miércoles y viernes, de 8 a 9 de la mañana, se sigue realizando en los Encantes Viejos, un evento único en Europa, en el que se pueden comprar lotes de restos de stock, desahucios o negocios extintos.

La competencia de la Feria de Bellcaire

Durante la ocupación francesa de Barcelona, entre 1808 y 1814, los Encantes enfrentaron la competencia de un mercado paralelo en La Rambla, autorizado por las autoridades francesas y conocido como la "Feria de Bellcaire". Allí se vendían todo tipo de objetos, ropa, algunas antigüedades y obras de arte, atrayendo tanto a curiosos como a miembros de la clase acomodada que vivían en los alrededores. Aunque este mercado ha sido frecuentemente confundido con los Encantes, diversas fuentes aclaran que no eran lo mismo. La Feria de Bellcaire fue suprimida en 1816 por orden del gobernador Andrés Herrasti, devolviendo así el protagonismo al mercado de segunda mano original de Barcelona.

Los Encantes en el barrio de la Sagrada Família

Los Encantes de Barcelona han sido protagonistas a lo largo de su historia de constantes traslados e intentos de traslado, lo que ha acabado dando forma y carácter a los actuales Encantes Nuevos y, también, Encantes Viejos, de la ciudad.

Si hasta 1800 se le conocen, como mínimo, cinco ubicaciones diferentes a este mercado, los porches de Sant Jaume, la plaza Nueva, la calle Consolat de Mar, la plaza de la Llotja y el Pla de Palau, hubo algunas más hasta instalarse definitivamente en sus ubicaciones actuales, los Encantes Nuevos en el barrio de la Sagrada Família y los Encantes Viejos en el barrio del Clot.

Traslados y reubicaciones

En 1869, durante la transformación de Barcelona, después la demolición de sus murallas y en plena construcción del Eixample, el Ayuntamiento propuso trasladar los Encantes al nuevo Paseo de Sant Joan. Este espacio, urbanizado pocos años antes como una vía principal de 50 metros de ancho, contaba con gnerosas aceras arboladas para los peatones y una calzada central destinada al tránsito de vehículos a vapor y carruajes. Poco a poco, familias de clase media y alta habían empezado a establecerse en la zona, lo que generó resistencia a la propuesta, ya que no consideraban que un mercado de segunda mano como los Encantes tuvieran la categoría suficiente para un entorno tan distinguido como el del paseo.

La propuesta de traslado fue desestimada, pero tanto el crecimiento del mercado como la reconfiguración de la ciudad hicieron inviable mantener a los Encantes en los alrededores de la plaza Palau por mucho más tiempo. Finalmente, en 1877, los vendedores fueron reubicados en el Saló de Sant Joan, actualmente Paseo Lluís Companys, en el tramo comprendido entre el futuro Arco de Triunfo y el acceso al Parque de la Ciutadella.

Llegada de los Encantes a la plaza de Les Glòries

Para desespero de los paradistas, el Saló de Sant Joan no sería la ubicación definitiva. Once años después, debido a la Exposición Universal de Barcelona de 1888, los Encantes fueron trasladados a la calle Urgell, en los alrededores de lo que sería el actual Mercat de Sant Antoni, de donde, de nuevo, serían obligados a marchar en 1928. La causa, en esta ocasión, fue la reordenación de Barcelona que se preparaba para la Exposición Universal de 1929, la cual supuso la gran transformación de Montjuic y su entorno.

Fue entonces cuando los Encantes fueron reubicados en el Camp del Sidral, lo que hoy sería el centro de la plaza de Les Glòries, desde donde pocos meses después, una disposición municipal les obligaba, por enésima vez, a trasladarse a la parte baja de la calle Dos de Maig.

Los constantes traslados y el escaso espacio disponible en la nueva ubicación acabaron con la paciencia de muchos comerciantes que en 1930 decidieron organizarse y buscar ellos mismos una nueva ubicación, más adecuada para la venta y, sobre todo, definitiva, donde poder establecerse y desarrollar su trabajo de forma estable y sostenible a largo plazo. A este grupo se les unió, además, algunos paradistas del los Encantes del Mercado de Sant Antoni.

Juntos fundaron la “Cooperativa Local de Ventas”, una entidad que, a partir de ese momento, comenzó a operar de manera independiente. La cooperativa firmó un acuerdo con Ángel Cabedo, propietario de los terrenos de un antiguo campo de fútbol del Martinenc F.C, para trasladarse allí y continuar con su actividad. Este cambio dio lugar a una división del mercado: una sección dedicada a artículos viejos que se mantuvo en los descampados cercanos a la plaza de Les Glòries y que desde entonces fue conocida como los Encantes Viejos y otra destinada a artículos nuevos en el terreno delimitado por las calles València, Dos de Maig, Enamorats y Cartagena, popularizada como los Encantes Nuevos. Sin embargo, en la práctica, ambas secciones permanecían mezcladas en ambas localizaciones.

Nacimiento de los Encantes Nuevos

El 16 de diciembre de 1930 se inauguraban los Encantes Nuevos en el solar de la calle València con espacio suficientes para instalar todos los puestos de venta de los comerciantes que optaron por trasladarse a esta nueva ubicación. Y si bien el nuevo espacio resultó desde el principio un salto cualitativo importante para la actividad de los cooperativistas del Local de Ventas, lo cierto es que los inicios no fueron sencillos e incluyeron grandes y desafiantes retos que los comerciantes afrontaron unidos y con la firme convicción de poder consolidar un espacio adecuado para su labor. Su perseverancia y esfuerzo colectivo les permitió superar obstáculos, estableciendo las bases para un mercado más organizado y próspero, que con el tiempo se convertiría en todo un referente en la ciudad, los Encantes Nuevos.

Desafíos y retos superados

El estadillo de la Guerra Civil española fue el primer gran desafío al que tuvieron que enfrentarse los recién estrenados cooperativistas. Durante los años del conflicto, su actividad se vio gravemente afectada, y al finalizar la guerra, la desaparición de la documentación que acreditaba el acuerdo con la propiedad de los terrenos que ocupaban convirtió en papel mojado el contrato de alquiler con opción a compra que los vinculaba con la propiedad. Además, todo apunta que la persona encargada de efectuar el último pago que había de permitir a los comerciantes adquirir el solar, no lo hizo y perdieron la opción de compra.

El convenio con la propiedad estipulaba que, si los comerciantes pagaban las 600.000 pesetas en las que se valoraba el solar del antiguo campo de fútbol del Martinenc F.C en un plazo de 20 años a partir de 1930, pasarían a ser sus propietarios, sin que, durante este periodo, ni a ellos ni a sus sucesores, se les subiera el precio del alquiler, habiéndose comprometido, además, la propiedad a ningún intento de venta a otros que no fueran los vendedores de los Encantes Nuevos. Cada socio tenía la obligación de abonar al contado o bien a términos una cuota máxima de 250 pesetas, más 12 pesetas mensuales por parada. Quienes no disponían de parada fija pagaban 60 céntimos de peseta. Sin embargo, con la pérdida de los documentos, la posibilidad de convertirse en propietarios e incluso de permanecer en el solar se desvaneció, aunque el ahínco de los comerciantes de los Encantes Nuevos logró revertir, en parte, la situación.

Las galerías comerciales modernas más antiguas de Barcelona

Fundación de la segunda Cooperativa de Consumo Local de Ventas, València-Dos de Maig

Durante la Guerra Civil y los años más inmediatos de la postguerra, los comerciantes de los Encantes Nuevos siguieron funcionando como una cooperativa, aunque no existe documentación alguna al respecto, pues la que hubiera, igual que los acuerdos con la propiedad de los terrenos del mercado, desapareció durante esos años convulsos. Con ánimo de legalizar la situación y actuar como un ente legalmente constituido con sus obligaciones, pero también con sus derechos, los comerciantes de los Encantes de la calle València, aprobaron por unanimidad, en la Asamblea General del 17 de septiembre de 1947, la creación de la “Cooperativa de Consumo Local de Ventas, València-Dos de Maig”, que incluía a 250 vendedores.

Un año antes, sin embargo, se produjo un hecho que marcaría la historia de los Encantes de las siguientes décadas. Y es que, en 1946, el Sr. Cabedo, propietario de los terrenos del antiguo campo de fútbol donde se encontraban los puestos de venta de los Encantes Nuevos, fundó con Joan Fontanillas una sociedad, “Fontanillas, S.L” que asumió la titularidad de los terrenos y los vendió en 1949 a la empresa Construcciones Españolas S.A. (C.O.E.S.A.), justificándose en el hecho, explicaron, de no haber podido cobrar la última cuota pendiente.

Esta venta dio pie a la redacción de nuevos contratos de alquiler para los vendedores de los Encantes Nuevos, con aumentos significativos en las rentas, ignorando los acuerdos previos, a pesar de que la empresa constructora contaba como administrador-delegado a Joan Fontanillas.

Reivindicaciones y negociaciones para asegurar la supervivencia de los Encantes Nuevos

Habiendo visto vulnerados los acuerdos suscritos con la anterior propiedad 15 años atrás e impotentes ante una situación que ponía en riesgo la continuidad de los Encantes Nuevos – desde el primer momento se ejecutaron varios desahucios y se demolieron varios puestos de venta - , la Junta de la Cooperativa instó a los socios a rechazar los nuevos contratos, a pesar del riesgo de desahucio, proponiendo, incluso, ejercer resistencia contra la nueva propiedad, que tenía planes de convertir el solar de los Encantes Nuevos en un complejo residencial. Como respuesta, el Gobernador Civil intervino, detuvieron a la Junta y se les “invitó” a aceptar las condiciones bajo amenazas. El notario encargado de este proceso fue José María Porcioles quien después sería alcalde de Barcelona, de 1957 a 1973.

En mayo de 1950 se eligió una nueva Junta Rectora, y aunque las tensiones entre las partes disminuyeron, no desaparecieron, pues los comerciantes de los Encantes Nuevos seguían reclamando un espacio para la venta en el solar de C.O.E.S.A., donde la empresa preveía construir 14 inmuebles con viviendas bonificables para 500 familias.

Finalmente, de la negociación entre las partes, surgió el compromiso de la empresa de reservar los bajos de estos inmuebles para unas galerías comerciales con suficientes espacios de venta para todos los comerciantes de los Encantes Nuevos.

La construcción de las galerías del Local de Ventas

En 1950 dieron inicio las esperadas obras del nuevo local de ventas definitivo, un proceso que se prolongaría durante varios años. Durante este tiempo, los puestos de venta de los Encantes que se veían afectados por la construcción de cada edificio iban siendo reubicados temporalmente en otros espacios, mientras se aguardaba a la apertura de las nuevas galerías comerciales que se inauguraron por partes, la primera el 12 de octubre de 1953.

Deberían pasar, sin embargo, nada más y nada menos que 15 años más, hasta que acabaron definitivamente las obras de estas galerías, que empezaron a funcionar al 100% con todos los puestos de venta ocupados en 1968. En total 8.000 metros cuadrados de superficie y 15 puertas de acceso desde las calles Valencia, Dos de Maig y Enamorats y una oferta comercial especialmente completa que contemplaba desde las paradas más típicas de los Encantes, como las de muebles, productos de ocasión, librerías de viejo, anticuarios, hasta nuevas propuestas de lencería, calzado, juguetes, mercerías, cosmética e incluso joyería.

Un nuevo modelo de comercio en Barcelona

El nuevo Local de Ventas de los Encantes Nuevos de Barcelona se convirtió, muy pronto, en un referente para los vecinos del barrio de la Sagrada Familia y de fuera de la ciudad que sabían que aquí podían encontrar de todo. Internamente, además, se convirtieron para sus comerciantes en una segunda familia. Se organizaban comidas, cenas y salidas al estilo de un ateneo.

Los Encantes Nuevos fueron pioneros en su época. Eran la primera galería comercial moderna de Barcelona y hacían las veces de gran superficie antes de que estos espacios existieran, proporcionando a los clientes una gran variedad de artículos en un único lugar.

Además, ya en sus inicios, los Encantes Nuevos se distinguían por su enfoque innovador, combinando tradición y modernidad, lo que los consolidó como un importante centro de compras en el Eixample, atrayendo a generaciones de compradores en busca de productos únicos y servicio de calidad.

En 1972, C.O.E.S.A accedió finalmente a las aspiraciones de los comerciantes de los Encantes Nuevos de convertirse en propietarios y les vendió sus espacios de venta, disolviéndose un año después, en 1973, la “Cooperativa de Consumo Local de Ventas, València-Dos de Maig”.

Eix Comercial Encantsnous

Eix Comercial Encantsnous agrupa a los comerciantes del mercat en una asociación que busca proteger los intereses de sus miembros.

Associació de Comerciants dels Encants Nous

Ya en su ubicación definitiva, los Encantes Nuevos sumaron años de actividad próspera y gran referencia, aunque su popularidad entre la población de Barcelona no fue suficiente para salir airosos de la feroz competencia que empezaron a ejercer a partir de la década de 1980, las grandes superficies y nuevos centros comerciales que fueron abriendo en diferentes puntos de la ciudad. Los Encantes Nuevos llevaban ya más de 30 años en funcionamiento y la falta de renovación de sus instalaciones y de relevo generacional en algunos negocios, no ayudó tampoco en esta lucha por la supervivencia, lo que acabó con el cierre de diversos negocios del Local de Ventas.

Fue entonces cuando con ánimo de no dejar morir unos Encantes Nuevos ya históricos y recuperar su máximo esplendor, que en 1996 nacía la “Associació de Comerciants dels Encants Nous” que durante años ha abanderado la promoción del comercio del Local de Ventas, asumiendo, además, un papel destacado en la coordinación de los Encantes Nuevos con el comercio del barrio con el objetivo de dinamizar comercialmente la zona, fidelizar a los compradores y atraer a nuevos clientes.

La “Associació de Comerciants dels Encants Nous” asumió la gestión de la iluminación de Navidad en las calles alrededor del Local de Ventas y, también, junto con el resto del comercio del barrio, empezaron a organizar sorteos, promociones, concursos,… que ayudaron no solo a animar la actividad comercial, sino a fortalecer un sentido de comunidad con los residentes que todavía hoy día perdura.

Este renovado protagonismo de los Encantes Nuevos en el barrio de la Sagrada Família junto a las obras de rehabilitación del interior de las galerías comerciales dieron un nuevo impulso al Local de Ventas, que vio reabrir muchos de sus establecimientos vacíos, mientras recibía nuevos clientes, también.

Encantsnous Eix comercial

El trabajo realizado por la “Associació de Comerciants dels Encants Nous” hizo crecer el número de socios, a la vez que se incrementaba, además, el interés de establecimientos fuera del Local de Ventas de los Encantes Nuevos para participar en entidad. Tanto es así que en 2012 nacía el “Eje Comercial Encantsnous”, ofreciendo cobertura, dinamización comercial, promoción y servicios a los comerciantes y compradores de los comercios comprendidos entre los límites de las calles Mallorca, València y Aragó hasta Independència y Castillejos.

Actualmente, con más de 660 comercios y servicios asociados, el “Eje Comercial Encantsnous” sigue siendo un pilar fundamental en el impulso del comercio local, fomentando la colaboración entre sus socios y contribuyendo a la vitalidad económica del barrio. Además, se ha consolidado como una plataforma para impulsar iniciativas que benefician tanto a los comerciantes como a los vecinos, con propuestas de dinamización que abarcan múltiples y variados campos, como el cultural, el deportivo o el medioambiental, promoviendo la sostenibilidad y el cuidado del entorno urbano, así como actividades que fomentan la cohesión social y la participación ciudadana.

Comercio especializado de proximidad

Desde sus inicios, los Encantes de Barcelona han ofrecido una amplia gama de productos. En sus primeras épocas, era común encontrar desde muebles, remedios caseros y esencias hasta herramientas, cacharrería y, en ocasiones, también, objetos de arte y pequeños tesoros.

Esta amplia gama de posibilidades unido al hecho de la popularidad del mercado propició ya en los primeros siglos de vida de los Encantes que muchos comerciantes mostrasen interés en participar, extendiéndose progresivamente los permisos a nuevos gremios. En 1676, por ejemplo, el Gremio de Colchoneros recibió el suyo para vender en los Encantes.

A lo largo de los siglos, el mercado se consolidó como un espacio de venta solvente que atraía a ciudadanos de todas partes, lo que dio pie a que, a partir de 1834, los Encantes ampliaran aún más su oferta, añadiendo a su inventario no solo objetos usados, sino también artículos nuevos y productos de casas de empeño, adaptándose siempre a las demandas de cada época.

Esta variedad de oferta se mantiene hoy día en los Encantes Nuevos, donde los clientes pueden encontrar variedad de artículos nuevos y de colección que venden comerciantes profesionales. Esto ha permitido que los Encantes Nuevos sigan siendo un punto de referencia comercial y cultural en Barcelona, donde se fusionan tradición e innovación con comercio de proximidad especializado. Tanto es así, que algunos de los establecimientos de los Encantes Nuevos son tiendas únicas en Barcelona y un referente dentro y fuera de la ciudad.

Oferta comercial de los Encantes Nuevos, hoy

Los Encantes Nuevos de Barcelona son hoy un espacio comercial con más de 90 años de historia con un marcado carácter de comercio de proximidad, donde se alternan puestos de venta nuevos con puestos de venta gestionados por familias que han pasado su buen saber hacer en los Encantes, de generación en generación. En muchos casos, estos comercios ya están en manos de la segunda o tercera generación de vendedores, lo que otorga a los compradores la confianza de la experiencia de décadas de trabajo en el sector.

Los Encantes Nuevos son un bulevar comercial diverso, con una amplísima oferta de productos y servicios, donde se pueden encontrar desde tiendas de calzado a artículos 'vintage' pasando por puestos de venta de juguetes, ropa y complementos, menaje de hogar, decoración, mobiliario, marcos y cuadros, ferretería, platos cocinados, restauración, herbolarios, tiendas de coleccionismo, joyerías y relojerías, artículos para niños, peluquería, lampistería, lencerías, perfumería, droguería, juegos y atracciones, artículos de deporte, muebles, maquinaría, informática, tejidos o colchonería, entre otros.

Los Encantes Nuevos es un lugar donde conviven la modernidad y la tradición, atrayendo a un público muy diverso a los que les gusta comprar en comercios con carácter, disfrutando, además, de un espacio único y singular para ir de compras en la ciudad de Barcelona.

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